Mūgen (infinito) nos sumerge en la vastedad de lo cambiante, del tiempo y la memoria, recordando que incluso lo aparentemente eterno, está destinado a desvanecerse en el olvido.
En su infinita expansión, Mūgen nos desafía a enfrentar la transitoriedad de todo lo que conocemos, invitándonos a contemplar la belleza de lo efímero y a reconocer que, en su flujo constante, cada momento es irrepetible y, al mismo tiempo, parte de un ciclo interminable de creación y disolución.