Hay bodas, y bodas. Esta fue una boda a lo grande. Celebrada en la elegante masía de El Telar de Miguel Martí, histórica del siglo XII en Valencia. Un destino fuera de mi residencia, Madrid, y de muchos familiares llegados de Uruguay, y otros tantos amigos de Sevilla y Barcelona. Sin duda, una pareja muy querida.

Este impresionante espacio, con su arquitectura restaurada y jardines al aire libre, fue el escenario perfecto para una boda llena diversión muy canalla, en el mejor de los sentidos. Ese concierto de Uri que subía la adrenalina con cada vis que le pedían, y todos sus colegas bromeando sin parar.

La decoración floral de Flores Vendrell aportó una combinación perfecta de elegancia y frescura, con arreglos florales que embellecieron tanto la ceremonia junto a la fuente, y las mesas del convite. Las flores silvestres y los detalles clásicos crearon una atmósfera sofisticada que realzó la belleza del lugar y la energía de la celebración.

Marina, la novia, lució un vestido diseñado por Sara Omatos, que reflejaba la elegancia y el buen gusto que definieron toda la boda. El diseño sencillo pero sofisticado, con tejidos de la más alta calidad, aportó un toque de distinción a la celebración.

El Telar de Miguel Martí no solo brindó un entorno impresionante para esta boda exclusiva, sino que su atmósfera histórica y natural hizo de cada momento algo aún más especial, creando recuerdos imborrables que perdurarán para siempre.